Como ya dijimos en otros artículos, una de las principales características del fideicomiso es la maleabilidad que posee al momento de tener que adaptarlo a los requerimientos de un negocio en particular.
La flexibilidad a que nos referimos permite aplicar la figura del fideicomiso a cualquier tipo de negocio y en el caso de un rubro en especial tendremos tantas variantes de contrato como variantes de negocios sea posible desarrollar.
Nos referiremos ahora a los fideicomisos inmobiliarios en particular, especialmente a la posibilidad de diseñar un fideicomiso que se encuentre integrado por distintos tipos de fiduciantes.
El negocio inmobiliario puede proyectarse de diferentes maneras en cuanto a la participación de los inversores. Dentro de los esquemas más simples encontramos el caso donde un solo inversor es quien aporta la tierra y el capital necesario para llevar a cabo el emprendimiento o también, cuando tenemos un inversor que aporta la tierra y otro grupo aporta los recursos financieros para llevar adelante el proyecto.
También existen esquemas donde el armado del negocio requiere de una estructura más compleja, donde podemos encontrar distintos tipos de fiduciantes. Un primer tipo serían los que realizan un aporte orientado a llevar adelante todo el análisis previo de factibilidad, elección de la zona y el terreno, firma de opción de compra del mismo, confección y aprobación de planos, selección de proveedores que prestarán sus servicios durante la ejecución del proyecto, etc.
Otra categoría de inversores serían los que realizan un aporte por un tiempo determinado a cambio de una renta prefijada en el contrato, estableciéndose pormenorizadamente el momento de entrada y salida en el negocio. Con su aporte se podrá, por ejemplo, dar inicio a las obras (realización del pozo y edificación del esqueleto).
También podemos encontrar a los que ingresan al proyecto cuando se han cumplido las etapas anteriores y realizan aportes para que la obra pueda ser desarrollada hasta su finalización. Dichos aportes se llevarán a cabo según un cronograma detallado en forma previa.
Por último, también pueden ser inversores quienes realizan sus aportes a través de servicios profesionales, uso de maquinaria, materiales, etc.
Al momento de redactar el contrato y hacer referencia a los fiduciantes se dejara expresa constancia de cada categoría y se señalan los derechos y obligaciones respectivos. Cada caso en particular será el que imponga la necesidad de clasificar a los fiduciantes según el tipo de vinculación que tengan con el negocio.
En conclusión, tendremos tantas variantes dentro del mercado inmobiliario como negocios existan, por lo cual lo que hoy hemos analizado es solo un muestreo de las múltiples posibilidades.
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