Un agrihood es un modelo de crecimiento alternativo que coloca la agricultura como la pieza central de un desarrollo inmobiliario de uso mixto. Se trata de vecindarios agrupados en torno a un trozo de tierra ecológica con el fin de cultivarla, consumir sus propios productos y en algunos casos comercializarlos.
Agrihoods es una corriente originada en Europa y los Estados Unidos que, cansada de los productos procesados, decidió ir por su propia cosecha. Según el “Urban Land Institute” existen 150 de estos emprendimientos en Estados Unidos.
Podríamos decir que los agrihoods son una exteriorización del cambio cultural que estamos atravesando en lo que respecta a la alimentación, la sustentabilidad y el lugar donde decidimos establecernos.
En el primero de los aspectos, desde hace ya muchos años, existe un tendencia en constante crecimiento con respecto al consumo de alimentos orgánicos, aquellos cuya forma de producción se caracteriza por estar libre de uso de químicos y sustancias tóxicas para la salud humana, garantizando un modelo de producción sustentable.
Con respecto al lugar donde asentarse, existe toda una generación que prioriza vivir en contacto directo con la naturaleza y cultivar sus propios productos para comer sanamente a través de la incorporación de granjas de trabajo o huertas comunitarias. A diferencia de generaciones anteriores que querían estar cerca de clubes de campo y canchas de golf, esta generación tiene como prioridad la alimentación basada en alimentos orgánicos, el contacto con la naturaleza y el cuidado de los recursos naturales.
En nuestro país estos cambios culturales también se vienen dando en forma constante, tanto en lo referente a una forma de trabajo más colaborativa, como en la alimentación saludable y en la utilización de energías renovables. Si bien todavía no encontramos emprendimientos dentro de la categoría de agrihoods, encontramos cada vez con mayor frecuencia, huertas comunitarias.
Ahora bien, pensando en la implementación de un proyecto que combine el real estate con el negocio de los alimentos orgánicos, encontramos en principio dos proyectos diferentes.
Al momento de tener que encuadrar estos proyectos dentro de una figura legal podríamos recurrir a las clásicas sociedades comerciales, lo que implicaría constituir al menos dos estructuras distintas, con todo lo que ello implica.
Aplicando la figura del fideicomiso estos negocios podrán converger en una misma plataforma, lo que permitirá centralizar el management en una única persona, el fiduciario, y así lograr unificarlos en una sola estructura global con la consiguiente reducción de costos y agilidad en los procesos de toma de decisiones.
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