Nuestro artículo sobre expansión de los negocios a través de fideicomisos ha tenido mucha repercusión y ha generado que nos realizaran diferentes consultas desde empresas que tienen sistemas de franquicias vigentes o en desarrollo.
El principal interrogante giró sobre si el sistema que nosotros proponemos reemplaza o no al de franquicias. Es necesario dejar en claro que no existe reemplazo alguno sino complementación, dado que el contrato de fideicomiso puede ser utilizado tanto para mejorar la dinámica de figuras ya instaladas, como en este caso la franquicia, como para la puesta en marcha de negocios bajo otros formatos.
En realidad nuestra propuesta tiene dos formas distintas de implementación. En una de ellas el franquiciado es reemplazado por un fideicomiso. En la otra se establece un nuevo formato de negocios que tiene como objetivo el desarrollo de la empresa a través de la apertura, por ejemplo, de nuevos puntos de venta.
En los dos casos tenemos una estructura básica que comparten ambos modelos: un fiduciario (gerenciador del proyecto) previamente capacitado por la marca en cuanto al know-how y la operatoria del negocio en general y un grupo de fiduciantes (inversores) que aportan dinero.
En la primera de las opciones la empresa ejerce el rol de franquiciante y el fideicomiso de franquiciado. La empresa no es parte en ningún momento de ese fideicomiso.
En la segunda, la empresa es parte del fideicomiso. Su aporte como fiduciante está relacionado con el derecho de uso de la marca, stock y diseño del local (entre otros). Incluso puede haber un fiduciante que aporte el local en el cual se instalará el proyecto.
La utilización del fideicomiso en ambos modelos permite adecuar el desarrollo del negocio a los tiempos de crisis.
Según comentarios de especialistas, en la coyuntura que estamos atravesando las franquicias más buscadas por los inversores son las low cost, es decir, aquellas que no requieren el aporte de grandes sumas de capital.
Recordemos que en un sistema de franquicias tradicional el franquiciado es uno solo y, por ende, pesa sobre él toda la carga del aporte dinerario.
En el modelo que proponemos serán muchas más las franquicias a las que será posible acceder, dado que el capital es aportado por un conjunto de inversores. Por otro lado, al estar el gerenciamiento en manos del fiduciario, los inversores sólo deberán efectivizar la inversión comprometida, sin necesidad de involucrar su trabajo personal en el proyecto.
Al ser menor el monto que deba aportarse también permitirá que dichos inversores accedan a una diversificación en el rubro seleccionado o en distintos tipos de mercados, reduciendo el riesgo global de sus inversiones y ampliando su porfolio.
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